Imaginemos aquel recurso primario supuestamente ilimitado en nuestra cultura occidental... ahora imaginad una cultura en la cual dicho recurso no sea un pozo sin fondo del que disponer sin darnos cuenta. Suspense... obviamente no: hablo del agua.
Si analizamos un poco aquellas culturas que han carecido de medios para evolucionar, me refiero a determinados medios, han hecho de ellos virtud, de la necesidad un punto fuerte y nos encontramos rápidamente con los japoneses, por poner un ejemplo ya que hace tiempo leí "El elogio de la sombra" de Tanizaki, un punto de partida muy interesante donde se extrae la lección de como Oriente tan supuestamente alejada de nuestros parámetros de funcionalidad hizo de su arquitectura limitada por valores estructurales, un mundo en sombras llevado al detalle y minimalismo. Dedicaré un artículo al mismo, pero lo que ahora nos ocupa está a bastantes millas del mismo epicentro de esta corriente.
Corriente... un término bastante acorde a lo que intentaré explicar y comenzaré con una frase rotunda que más tarde explicaré: a mi entender la casa árabe se asemeja a un recipiente antiguo y castigado por la intemperie colmado de agua en el que en un instante determinado de le introduce con "violencia" un cuerpo en su centro, es decir tan simple como tirarle una piedra con toda nuestra mala leche y "desparramalo" todo. Todo cuerpo introducido en un volúmen en calma es una alteración violenta del mismo, y en ese mismo instante ese espacio generado es el epicentro de la calma, mientras a su alrededor todo son corrientes y subespacios que intentan sobrevivir a esas corrientes. Ejemplificado por el dibujo creado en una de esas divagaciones extrañas en las que me sumerjo, el espacio conjunto está delimitado por unos bordes rotundos cuyo único espacio de salida es expandirse en la Z.
Planta inferior movida en circunvalación alrededor de entornos oscuros rotundos, siempre girando en torno al patio que es a la vez todo y nada, que atrae la atención y una vez alcanzado la dispara fuera, subiendo en espirales hasta los niveles superiores, niveles que quieren escapar, volúmenes que se expanden e intentan sobreponerse a la corriente rodeados de espacios dinámicos que articulan el conjunto.